Gipuzkoa sufre cinco incendios en viviendas cada semana: 260 al año

El inicio de 2015 ha sido intenso. Los últimos incendios en viviendas de Azkoitia, Errenteria, Beasain, Oñati y Elgoibar, este último el viernes pasado, han marcado la actualidad informativa. Pero lo han hecho más por su aparatosidad, que por su excepcionalidad, según confirman los Bomberos, que descartan un aumento de fuegos originados en domicilios particulares en las últimas fechas. Las cifras, pese a ser llamativas, son similares a las de años previos.

Han transcurrido 45 días del nuevo 2015 y el número de incendios declarados en viviendas de Gipuzkoa supera los 40. Prácticamente uno por día. Pero en contra de lo que pueda parecer, no es un dato para alarmarse, sino de “cifras habituales” en un periodo de frío como el invierno.

“Sí que es verdad que cuando hace más frío hay más incendios porque se tira más de calefacción y también es cierto que la pobreza energética -hogares que no pueden pagar facturas de luz y gas y a menudo recurren a otros medios de calefacción más peligrosos- aumenta el riesgo, pero tampoco se nota una barbaridad. En Gipuzkoa nos da la sensación de que no nos afecta tanto como en otras zonas del Estado”, asegura Imanol Andonegui, oficial de la División Operativa de los Bomberos de Donostia.

Los profesionales de Gipuzkoa coinciden en que no se percibe “ninguna tendencia al alza” de los casos en las últimas fechas. Así lo atestiguan, además, los datos de los últimos años aportados por los Bomberos de la Diputación de Gipuzkoa y del Ayuntamiento de Donostia, que anualmente atienden unos 1.200 incendios. De todos ellos, alrededor de 260 se producen en viviendas. La media en Gipuzkoa es de unos cinco casos semanales en casas habitadas.

La inmensa mayoría son fuegos muy localizados que mayoritariamente se producen en cocinas y en contadas ocasiones provocan víctimas mortales, salvo pequeñas intoxicaciones que a menudo se producen por el desconocimiento de los consejos básicos de actuación en casos de incendio por parte de la ciudadanía. La casuística habitual “sería una cocina que ha cogido fuego con las ventanas abiertas y el fuego se está alimentando del aire que entra y salen las llamas por la ventana. Ese caso, en un edificio de hormigón, lo apagamos relativamente fácil con los equipos que tenemos”, afirma Andonegui. Los casos con coste de vidas humanas, por otra parte, “se pueden contar con los dedos de una mano, normalmente”, asegura el oficial de la División Operativa de los Bomberos de Donostia.

EN CASAS ANTIGUAS Y MODERNAS Pero nadie está libre de un incendio. Los Bomberos alertan: ¡Cuidado con las velas!. “El riesgo cero no existe y le puede pasar a cualquiera; en todo tipo de viviendas: desde las más antiguas, que tienen más riesgo, hasta las más modernas, por descuidos, negligencias, imprudencias o incluso sabotajes. Siempre hay que tener en cuenta que podemos ser víctimas de un incendio y tomar las medidas básicas preventivas para que si sucede sea por un accidente imprevisible, no por algo que podíamos haber previsto”, añade Andonegui.

Su equipo de Bomberos de Donostia, que cuenta con 16 efectivos “de los que se suben al camión”, ha actuado entre el 1 de enero y el 12 de febrero en 23 incendios de viviendas en su espacio de actuación, que incluye la capital, Hernani, Astigarraga, Usurbil, Urnieta, Lasarte, Pasai San Pedro, Pasai Antxo y Trintxerpe. El cuerpo de Donostia registra una media de un incendio cada tres días en hogares. Fueron 127 en 2014.

El resto de los casos, una cantidad ligeramente superior, los atienden los Bomberos de la Diputación en el resto del territorio. Solo en enero han atendido 28 incendios en espacios de uso urbano, aproximadamente un tercio viviendas.

Los servicios forales cuentan con ocho parques de Bomberos en Oñati, Irun, Ordizia, Zarautz, Tolosa, Legazpi, Eibar y Azpeitia. En el último año actuaron en 632 incendios. De ellos, 217 fueron en espacios urbanos que además de viviendas incluyen garajes y locales comerciales. El número de viviendas afectadas se sitúa cada año en torno a las 140 a las que se suman otras 120 de Donostialdea, aproximadamente.

SE QUEDAN EN EL PISO DE ORIGEN La inmensa mayoría de los casos son incendios menores. Es decir, fuegos que se limitan a la vivienda en la que se originaron y muy pocos terminan lamentando la pérdida de vidas humanas. “Solemos tener pocos casos, gracias a Dios. A lo largo del año se pueden contar con los dedos de una mano”, asegura Andonegui.

En su opinión, Gipuzkoa y la CAV tienen una “tradición preventiva importante”: se exigen medidas de seguridad en los edificios, a la hora de realizar obras y “eso al final funciona”. Además, añade, “los servicios de emergencias de Gipuzkoa y del País Vasco son muy buenos, muy rápidos y eso hace que se reduzcan los fallecidos a mínimos. Prácticamente se limita a gente que no puede moverse bien o está dormida y no se da cuenta”.

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