Las galas del Carnaval no se reducen a lo que el público ve sobre el tablao de Santa Catalina. La trastienda de estos grandes espectáculos se ubica en el edificio Miller, justo detrás del escenario, en donde se llegan a juntar un millar de personas en la preparación de las grandes citas del programa. Candidatas, participantes, murgas, comparsas, figurantes, responsables escénicos, operarios, técnicos… El trasiego supera al de cualquier gran producción al uso en la ciudad, con el añadido del manejo de complicados vestuarios llenos de lentejuelas, colorines y apósitos sintéticos. Una docena de bomberos de la capital grancanaria estarán destinados al lugar en las grandes noches, para evitar el susto en el eventual supuesto de que una llama prenda entre bambalinas y mascaritas.
Así lo comunicó ayer el Ayuntamiento, que preparó un simulacro a la vista de los medios de comunicación, en el que se dio cuenta de cuáles son las principales medidas a adoptar en caso de incendio. Lo primero que debe hacer un afectado o afectada en estos casos es rodar inmediatamente por el suelo, taparse la cara y esperar a que lleguen las mantas para cubrir el fuego. Son sólo algunas recomendaciones básicas que se incluyen en el Plan de Autoprotección y Seguridad para cada evento del Carnaval.
El coordinador general de Presidencia y Seguridad, Claudio Rivero, y el Jefe del Servicio de Bomberos, Tomás Duque, informaron sobre el resto de detalles de un dispositivo que ha tenido en cuenta las particulares características de cada gala para diseñar una evacuación rápida y efectiva del Miller. «En los últimos años hemos mejorado de forma progresiva en esta tarea», explicaba Duque, quien añadió que «la intención es que cuando se de un supuesto de este tipo todos podamos salir del edificio en el acto».
Así, el Servicio de Extinción de Incendios ha considerado, por ejemplo, la participación en citas como la ya celebrada Gala de la Gran Dama, en las que las participantes no tienen la misma condición física que las candidatas a Reina de la fiesta, que se disputarán el trono en la noche de este viernes. O la concurrencia infantil que se da en los concursos de comparsas o disfraces. O incluso el contingente de participantes en la Gala de Integración, en la que participan personas con movilidad reducida. Para cada uno de estos acontecimientos los bomberos tienen un plan y un itinerario de evacuación diferentes.
Para demostrar que todo está previsto, los integrantes del cuerpo de seguridad actuaron ayer en Miller en un incendio simulado en el disfraz de una mascarita de pega. El asunto es serio, más si se recuerda el incidente protagonizado por una candidata del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife cuya fantasía ardió en la gala de hace dos carnavales. El dispositivo del servicio municipal pretende evitar sucesos similares.
Como añadido, este año se prohíbe acceder con botellas de vidrio a las zonas de celebración nocturna, porque las medidas de prevención no solo se limitan a Miller. El Ayuntamiento anunciaba ayer «el establecimiento de un cordón de seguridad previo». Solo el Consistorio ha destinado a 421 agentes de la Policía Local de refuerzo durante la celebración de las fiestas hasta el 21 de febrero, que refuerzan un turno ordinario nocturno de entre 50 y 55 agentes. El dispositivo lo conforman, además, 550 agentes del Cuerpo Nacional de Policía, 50 de la Guardia Civil y 90 de Protección Civil (con un 12% más de presencia policial que en 2014).
Desde la Corporación se recordaba igualmente ayer que «con el objeto de evitar la conducción bajo los efectos del alcohol», la Policía Local en el interior de la ciudad, y la Guardia Civil en sus accesos y salidas, establecerán «controles rutinarios».
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