D. Pedro Anitua, Director de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco y Dña. Ana López Loiarte nos trajeron hasta las jornadas el nuevo concepto del 1-1-2 inverso.
Desde la instauración del 1-1-2 en 1997 como número telefónico único de emergencias en toda Europa hasta hoy ha llovido mucho y las cosas han evolucionado bastante. El Real Decreto 903/1997 que regulaba los 1-1-2 en el Estado afirmaba que: «El servicio de atención de llamadas de urgencia 112 será compatible con otros servicios de telecomunicaciones que sean utilizados en el ámbito de las diferentes Administraciones públicas para la atención de llamadas de urgencia de los ciudadanos».
No es hasta el año 2012 con la Ley 15/2012 de Ordenación de la Seguridad Pública Vasca que se establece que: «El teléfono 1-1-2 será el único teléfono de emergencias a utilizar y publicitar por todos los servicios del sistema de seguridad pública de Euskadi, éstos no podrán ni implementar ni publicitar teléfonos diferentes del 1-1-2 para este fin, sin perjuicio de la existencia de otros teléfonos específicos de cada servicio o cuerpo para sus fines». Algo pionero en Euskadi y casi único en el estado, pocos paises o comunidades tiene esta exclusividad en su ordenamiento jurídico.
La integración de la telefonía con la georeferenciación y la identificación del llamante ANI-ALI; iniciativas en marcha a nivel europeo como el e-call o alerta inmediata en accidentes de tráfico o la creación de todo tipo de aplicaciones para los móviles como el alpify en montaña o el safetrx de seguridad marítima dentro de la estrategia paneuropea de apps y los avances en la arquitectura del sistema europeo, han sido grandes polos de desarrollo en estos últimos años.
Ahora bien siempre en la mejora de la comunicación unidireccional: hacia el centro de coordinación 1-1-2.
Sin embargo el informe que la comisión sobre el mercado interior y protección del consumidor de la Unión Europea presentó en el año 2010 sobre el servicio universal y el número de emergencia 112 ya sentó las bases de lo que se ha dado en llamar el 1-1-2 inverso, cuuando dijo que: «pide a la comisión y a los estados miembros que adopten cuanto antes, y como más tarde a finales de la actual legislatura, las medidas oportunas para la creación y el mantenimiento de un «servicio 112 a la inversa» de carácter paneuropeo, multilingüe, accesible a todos y eficaz – es decir, un sistema de alerta temprana para los ciudadanos en el que se recurra a las telecomunicaciones en caso de situaciones de emergencia y catástrofes importantes e inminentes dentro de la UE- en el ámbito del servicio universal».
Un nuevo concepto en el desarrollo presente y futuro de los centros de coordinación de emergencias 1-1-2. Un gran reto en el que moverse tan rápido como avanza la tecnología y su utilización por los ciudadanos.