La Unidad Militar de Emergencias, la UME, tiene como lema «Para servir» y en un plazo muy corto de existencia ha demostrado una eficacia y eficiencia en su trabajo en emergencias digno de ser reconocido. Entre sus ejes principales está el ser un aporte militar al Sistema Nacional de Protección Civil principalmente complementando los servicios de emergencias de otras Administraciones, principalmente de las Comunidades Autónomas.
Aún hoy es difícil desde Euskadi escribir de la UME y hasta a veces hablar de una unidad militar de Emergencias. Haciendo un poco de historia, la UME se creó en el año 2005 por acuerdo del Consejo de Ministros del Gobierno de Zapatero y en la primavera del 2006 se estableció por Real Decreto 416/2006 su organización y despliegue y se implantó como una fuerza militar conjunta de carácter permanente dentro de las Fuerzas Armadas, con la finalidad de intervenir de forma rápida en cualquier lugar del territorio nacional español en casos de catástrofe, grave riesgo u otras necesidades públicas.
En el año 2007 se emite una orden de defensa que desarrolla el encuadramiento, organización y funcionamiento de la UME, pero no es hasta el Real Decreto 1097/2011 que no se aprueba el Protocolo de Intervención de la Unidad Militar de Emergencias que establece que la intervención de la UME podrá ser ordenada en situaciones de emergencia que tengan un carácter grave con origen en riesgos naturales, incendios forestales, riesgos tecnológicos, NRBQ, infraestructuras críticas, atentados terroristas, contaminación y cualquier otra que decida el presidente del Gobierno en nombre del Rey. Prácticamente el catálogo de supuestos de actuación de los servicios de emergencias, «civiles».
¿Qué pasó entre el año 2007 y el año 2011?, que el Gobierno Vasco tuvo que interponer un recurso contencioso-administrativo alegando tanto razones formales como competenciales contra un Real Decreto, el 399/2007, un primer protocolo de intervención de la UME. El Tribunal Supremo de Justicia dio la razón al Gobierno Vasco el año 2008 anulando ese Real Decreto al no contarse con el informe de la Comisión Nacional de Protección Civil y el informe del Consejo de Estado, pero no entró a las cuestiones competenciales. Finalmente el protocolo aprobado en el año 2011 además de contar con una tramitación ajustada a derecho, tenía un encaje más adecuado a las competencias de protección civil de las comunidades autónomas y al propio Sistema de Protección Civil estatal.
Cuando aquello parecía una disputa entre las comunidades y el estado, alguien en la Comisión Nacional de Protección Civil que informó el protocolo finalmente aprobado tuvo que recordar que estábamos en un Estado de las Autonomías y que las Comunidades eramos Estado, a la vez que se llegó a aportar un informe jurídico que buscaba incorporar mejoras al protocolo propuesto que pudieran llevar a su mejor encaje en el sistema. Pero aquello ya es historia, la no contada.
Lo único cierto es que la UME es una realidad que no dejado de crecer y de asentarse en la respuesta a emergencias española. Y hoy, tiene la mayor de las legitimidades que pueda tener un servicio de emergencia: sus actuaciones.
Las Jornadas de Gerencia de Riesgos y Emergencias llevan años disfrutando de su presencia y colaboración, además de poder contar hoy en día con la amistad de muchos de sus responsables. Todos los años la UME ha hecho el esfuerzo de acercarse al evento, participar como ponentes y mostrarnos lo último de la tecnología, intervenciones y equipos que iban incorporando a las unidades. Nuestro agradecimiento.
Vehículo de reconocimiento NRBQ «Velire»
Y ¿qué nos han traido este año?. Además de una estación de descontaminación NRBQ. También nos han traido una maravilla, el Velire.
Un vehículo de reconocimiento NRBQ que denominan «Velire», vehículo ligero de reconocimiento, sobre una barcaza de URO VAMTAC portapersonas con capacidad para 4 personas. Con un peso de 5.600 kg y unas dimensiones de 6,08 metros de largo y 2,42 metros de ancho, tiene capacidades de detección, identificación y toma de muestra ambiental en reconocimiento radiológico, biológico y químico.
Dotada de la última tecnología de:
- Gestión de flotas con localización sobre el terreno del vehículo en todo momento, tracks, combustible, etc.
- Comunicaciones: GPRS, Radio Tetrapol, Inmarsat/Begane, etc. pero sobretodo con sistema SpearNet/Mesh. Las comunicaciones spearNet combinan voz, datos y acceso a gestión entre redes que supera las limitaciones actuales de los sistemas de comunicaciones punto a punto en cuanto al alcance y tasa de transferencia de datos.
- Rack de comunicaciones
- 4 Sondas LAN35 de detección radiológica
- Detector de cristal de ioduro RSX-1
- Detección movilidad ionica RM100 de armas químicas
- Detección por espectroscopia de llama AP4c
- Rapid por infrarrojo para nubes químicas con distancias 2-3 kms.
- Cámaras
- SAT 2300 de contaminantes radiológicos
- Equipo electrógenos
- Equipos informaticos
- etc.
Máxima capacidades con la última tecnología. El vehículo está pensado para que los miembros del equip0 vayan equipados con la máxima protección para poder entrar en una zona contaminada, bajar y tomar muestras.
Pero quizás lo más importante de todo sea el entrenamiento y la formación de los componentes de estos equipos. Sin las personas debidamente entrenadas, ese vehículo sólo sería eso, un cochecito o un cacharrito más.
Profesionales pero abiertos a la colaboración, hemos podido seguir las explicaciones de los miembros de la UME desplazados y los niños que se están formando en las Jornadas también han podido conocer y aprender con ellos.